Sublevaciones y bandolerismo (1910-1925)
La expansión del sistema de haciendas tradicional se produce especialmente en el sur peruano, en los departamentos de Puno y Cuzco. La expansión de las haciendas se realiza a costa de las comunidades y los pequeños propietarios campesinos: despojo, endeudamiento, procesos “legales”. Estamos ante el inicio del capitalismo agrario. La respuesta campesina es el levantamiento.
Se trata de movimientos localizados, que no abarcan una región en su conjunto, ni a todos los campesinos de esa region, protagonizados por comuneros y dirigidos contra los hacendados, los comerciantes o las autoridades locales. No se plantean “a escala nacional”. No consiguen apoyo efectivo de otros sectores sociales, aunque estas rebeliones estarán en el trasfondo del moviniento intelectual de provincias conocido con el nombre de indigenismo. Un ejemplo es Tocroyoc en 1921 estudiado por Jean Piel; otro caso son los conflictos en Lauramarca estudiados por Wilson Reátegui o los movimientos que ocurren durante el oncenio, objeto de una tesis escrita por Wilfredo Kapsoli y el mismo Reátegui. En la Universidad de San Marcos, Flores Marín y Rolando Pachas han publicado una cronología nacional de estos conflictos que comprende desde 1900 hesta 1920.
Tal vez el punto culminante –pero en cierta manera excepcional- de estas sublevaciones esté dado por Rumi-Maqui, nombre empleado por un mayor del ejército, Teodomiro Gutiérrez C., quien intentó formar un ejército campesino en Azángaro. Rumi Maqui, según informaciones proporcionadas por Manuel Vassallo, llegó a convocar a indios de Puno, Cuzco, Abancay e incluso Ayacucho. Al parecer también tenía contactos en Bolivia. Testimonios de sus propósitos podrían estar dados por algunos símbolos quo llegó a emplear: un sello, una bandera... Formó un “estado mayor”. A diferencia de las otras sublevaciones fue un movimiento organizado. De Rumi-Maqui se han ocupado Mauro Paredes y Agustín Barcelli, entre otros autores.
E1 case de Rumi-Maqui servirá de apoyo a quienes posteriormente comenzaron a pensar en “nacionalidades quechua y aymara”, como el grupo Resurgimiento del Cuzco, los indigenistas en el estilo de Luis E. Valcárcel de Tempestad en los Andes y sotre todo, los comunistas peruanos en la década del 30, cuando lanzan a la presidencia del Perú, en las elecciones de 1931, al campesino puneño Quispe Quispe.
Junto con las sublevaciones renace un fenómeno tradicional en los Andes: el bandolerismo. El bandolerisna se encuentra presente desde los tiempos de la independencia a través de las “montoneras”. Se prolonga con la inestabilicad política y los levantamientcs de la República. Es una de las formas más primitivas de protesta y social.
El bandolerismo social, es decir, el bandido que ataca al rico en defensa del pobre, se generalize en la sierra peruana. En el período que nos interesa se da especialmente en la sierra norte, en Cajamrca. En el sur, el fenómeno especifícamente debe denominarse abigeato, y fue uno de los problemas mayores que tuvieron que enfrentar los hacendados. Estebandolerismo social ha sido poco estudiado. Eric Hobsbawm se ocupa reiteradamente del Perú en su libro Bandits. Anibal Quijano, en una tipificación de los movimientos campesinos llamó la atención sobre el fenóneno. En la literatura, Ciro Alegría inmortalizó el “tipo ideal” a través de la figura del “fiero Vásquez”.
Pero, para evitar el romanticism, al lado del bandolero social es preciso mencionar a la violencia indiscriminada, contra ricos y pobres, ejercida por algunos bandidos y abigeos, y también a los gamonales que movilizaban a sus indios contra otro gamonal, contra los mismos indios o contra las autoridades, como un hacendado de Cajamarca que en la época de Leguía se levantó contra el intento de hacer una carretera en su localidad.
Bandolerismo y sublevaciones, estas formas de protesta social no cuestionaban, conviene reiterarlo, al sistema en su conjunto. Geográfica y socialmente estaban aisladas. Se trató de protestas primitivas, testimonios de la vida y la rebeldía popular, pero de muy limitada efectividad. Eran expresiones pre-políticas, empleando un concepto de Eric Hobsbawm.
Sin embargo todas estas manifestaciones campesinas repercutieron en el desarrollo de las posiciones indigenistas y en el debate sobre el indio de la década del 20. Se generaron algunos intentos de organización del campesinado, en los que incluso tiene participación José Carlos Mariátegui.

No hay comentarios:
Publicar un comentario